ISSN: 0210-1696
DOI: https://doi.org/10.14201/scero.31402

LAS MICROAGRESIONES CAPACITISTAS EN EL ALUMNADO CON DISCAPACIDAD DE LAS UNIVERSIDADES DE GRANADA Y JAÉN

Ableism Micro-Aggressions in Students with Disabilities at the Universities of Granada and Jaén

Mercedes LÓPEZ-PÉREZ

Universidad de Jaén. España

perez@ujaen.es

https://orcid.org/0000-0003-3784-1631

Blanca Amalia GIRELA REJÓN

Universidad de Granada. España

https://orcid.org/0000-0001-6855-3187

Recibido: 30 de marzo de 2023

Aceptado: 3 de julio de 2023

RESUMEN: El capacitismo es una ideología que perpetúa la idea de que la discapacidad es inherentemente negativa y produce una acción discriminatoria hacia aquellos que no se ajustan al estereotipo “ideal” de persona comúnmente aceptado. Como expresión de este están las microagresiones capacitistas que son un tipo de violencia, más o menos evidente, que va acompañada de acciones sutiles contra las personas con discapacidad. Este estudio tiene como objetivo conocer las microagresiones capacitistas que vive el estudiantado con discapacidad de las universidades de Granada y Jaén, tanto dentro de sus respectivas instituciones como en el desarrollo de sus actividades cotidianas. Con un enfoque cuantitativo hemos diseñado un estudio descriptivo observacional y mediante la encuesta hemos recogido los datos. Los principales resultados han sido que el factor determinante para experimentar estas microagresiones es la “minimización de la discapacidad”, las variables más relevantes son la visibilidad de la discapacidad, la utilización de apoyos técnicos y/o humanos, el origen y el tipo de discapacidad y las manifestaciones más asiduas vuelven a ser las relacionadas con la “minimización de la discapacidad”. Concluimos que la mayoría de la muestra soportan microagresiones capacitistas según sea la visibilidad de su discapacidad.

PALABRAS CLAVE: Discapacidad; capacitismo; microagresiones capacitistas; discriminación.

ABSTRACT: Ableism is an ideology that perpetuates the idea that disability is inherently negative and produces discriminatory action towards those who do not conform to the commonly accepted “ideal” stereotype of a person. As an expression of this are the enabling micro-aggressions which are a type of violence, more or less overt and accompanied by subtle actions against people with disabilities. The aim of this study is to find out about the micro-aggressions experienced by students with disabilities at the universities of Granada and Jaén, both within their respective institutions and in the development of their daily activities. Using a quantitative approach, we designed a descriptive observational study and collected data by means of a survey. The main results have been that the determining factor for experiencing these micro-aggressions is the “minimisation of the disability”, the most relevant variables are the visibility of the disability, the use of technical and/or human support, the origin and type of disability and the most frequent manifestations are again those related to the “minimisation of the disability”. We conclude that the majority of the sample support enabling micro-aggressions depending on the visibility of their disability.

KEYWORDS: Disability; ableism; ableism micro-aggressions; discrimination.

1. Introducción

El propósito de este trabajo es analizar las microagresiones capacitistas que soporta el alumnado con discapacidad y/o necesidades específicas de apoyo educativo de las universidades de Granada y Jaén. Para ello profundizaremos, a través de una metodología cuantitativa, en el análisis del capacitismo y, concretamente, en una de sus expresiones más comunes y menos estudiadas como son las microagresiones capacitistas. Nos centramos en el colectivo de universitarios con discapacidad, en la discriminación capacitista que experimentan, tanto en su respectiva institución de enseñanza superior como en su día a día, ya que, según un estudio realizado por Otaola y Huete (2019) sobre la percepción de la discriminación de las personas con discapacidad, se pone de manifiesto que esta percepción está en función, entre otras, de la variable “nivel de estudios terminados”, dado que “cuanto menor es el nivel de estudios, menos probabilidades de percibir la discriminación” (p. 13).

1.1. Capacitismo

Hablar de capacitismo no es algo coloquial, sin embargo, es esta una expresión que se va introduciendo en el lenguaje de las personas relacionadas con el tema de la discapacidad y que ha ido permeando en un discurso, cada vez más sólido, que denuncia la discriminación por este motivo.

El término capacitismo proviene del vocablo inglés ableism, que expresa “una actitud o discurso que devalúa la discapacidad, frente a la valoración positiva de la integridad corporal, la cual es equiparada a una supuesta condición esencial humana de normalidad” (Toboso, 2017, p. 73). Con esta expresión se hace referencia a los extensos argumentos que devalúan y perpetúan la idea de que la discapacidad es inherentemente negativa al igual que el edadismo, el racismo, entre otros. Y es que, teniendo como referencia un prototipo de “lo normal”, la discriminación de quienes no se ajustan a esos parámetros se convierte en inevitable. Las palabras no son neutras y, al manejarlas en este contexto, se pone en marcha todo un engranaje de violencia que excede de lo verbal, frente a la discapacidad o la falta de habilidad y, sobre todo, frente a quienes la representan. Con más o menos sutileza los discursos capacitistas ponen en el centro un ideal de individuo cuyas características reflejan una perfección en la que su incumplimiento margina y desplaza a quienes no se ajustan a ella. “La definición de lo que una persona válida es, tiene lugar desde el privilegio de la hegemonía de los cuerpos funcionalmente normativos, y es desde esta incorporación que se producen las prácticas que lo sustentan” (Moral et al., 2020, p. 8). Al hablar de capacitismo estamos haciendo referencia a situaciones de violencia simbólica, entre otras muchas, materializadas con frecuencia en acciones sutiles llamadas “microagresiones”, cuyo concepto desarrollaremos más adelante. A juzgar por Bourdieu, “la relación con el propio cuerpo es una forma particular de experimentar la posición en el espacio social mediante la comprobación de la distancia que existe entre el cuerpo real y el cuerpo legítimo” (1982, p. 184). De modo que, si en el tema de la clase social, el cuerpo y su relación con él determina la representación ideal del mismo, en el caso de la discapacidad cuanto más alejado esté el cuerpo de ese ideal mayor será la distancia en ese espacio social. “La mirada que la sociedad coloca sobre el mundo de las personas con discapacidad es lejana y está distorsionada. Se difunde la idea de un mundo monolítico aparte, que no forma parte de lo cotidiano de los estándares” (Pié, 2009, p. 95). El capacitismo, como constructo social:

Se basa en la idea general de que el funcionamiento y las habilidades consideradas “normales” son definitorias del ser humano y, por lo tanto, no se puede esperar para las personas con discapacidad un futuro equiparable al del resto de la humanidad, porque no son personas humanas “completas”. (Otaola y Huete, 2019, p. 3)

Implica una idea unívoca del funcionamiento del ser humano, negando la posibilidad de la diversidad en este funcionamiento, ignorando al modelo social de la discapacidad: “Un modelo más completo que no culpabiliza a la persona con discapacidad y que entiende la discapacidad como una compleja colección de condiciones, muchas de ellas ambientales y de responsabilidad social” (Mañas, 2009, p. 10). Esto significa que frente a la idea de la discapacidad como algo digno de atención, pero entendida en términos de déficit y que debe ser compensada para aproximarse, en la medida de lo posible, a ese supuesto ideal de cuerpo normativo, el modelo social de la discapacidad predica la inclusión de todas las personas, poniendo el acento en las limitaciones que la sociedad marca de manera estructural o con valores sociales y culturales, reclamando la idea de expresarse y realizarse en la vida con acciones diversas que no responden a los parámetros hegemónicos. “La idea era que, al centrar la atención en el medio y no en las personas, se incrementaban las posibilidades de develar las diferentes barreras y formas de exclusión, así como de diseñar estrategias para su desmantelamiento” (Pérez-Castro, 2019, p. 2).

Por su parte y desde el modelo médico-rehabilitador, se ha puesto el empeño en tratar la discapacidad como un problema de salud fundamentalmente, llevando a cabo terapias que acercaran al sujeto a la supuesta normalidad, generando lo que Wolbring (2008) entiende como la primera representación del capacitismo que conlleva la idea de que las personas con discapacidad son inferiores a las demás y, por consiguiente, objeto de discriminación y comportamientos opresivos. No obstante, para este autor habría una segunda categoría de capacitismo más amplia que no se detiene en la dicotomía especie típica frente a subespecie, sino que se inclina a la preferencia de ciertas capacidades-habilidades, en contraposición a otras no consideradas esenciales. Y es que, a juzgar por Wolbring (2008), “este sabor de capacitismo rara vez se cuestiona” (p. 2) y es justamente al amparo del capacitismo y de esta segunda categoría donde se dan las microagresiones capacitistas.

1.2. Microagresiones capacitistas

Las microagresiones son instrumentos de representación del capacitismo que, como ideología, transitan de manera obvia o sutil sobre las personas que no se ajustan al cuerpo normativo. Al hacer referencia a las agresiones en términos micros se hace evidente lo difíciles que son estas de consignar. Para Moral et al. (2020), las microagresiones impiden, a las personas que las sufren, desarrollar sus derechos y una vida en igualdad de condiciones, así como generan un impacto negativo en el desarrollo de su identidad y autoconcepto. Estos autores reconocen que estas se dan con mucha frecuencia en el contexto de la minimización de la discapacidad, de modo que lo que puede parecer una expresión de cortesía y buenas intenciones acaba dando como resultado la manifestación de estereotipos y prejuicios perpetuados de manera contundente.

Así mismo, las microagresiones socavan los principios rectores de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, en la medida que impiden el desarrollo del modelo social de la discapacidad. Y es que, aunque podamos hablar de compromisos internacionales para erradicar las prácticas de la exclusión: “existen condiciones estructurantes de orden civil y legitimados de la naturalización e invisibilización de las discriminaciones” (Hernández, 2018, p. 299). Para el mencionado autor “el paradigma del capacitismo, que identifica a la ciudadanía con la posesión de capacidades regulares, genera un contrato funcional que invisibiliza y naturaliza la discriminación fundada en la discapacidad” (Hernández, 2018, p. 295). De este modo, se hace necesario “comprender a la discapacidad como un tema no exclusivamente vinculado al espacio doméstico y el enfoque médico, sino sobre todo como una cuestión que nos obliga a ampliar los vocabularios de la justicia y la democracia” (Hernández, 2018, p. 298).

No bastan las buenas intenciones, ni siquiera un marco normativo acorde con estos discursos, porque lo que está arraigado con más fuerza es la creencia cultural de la discapacidad, entendida como algo excepcional que ha de ser atendida, en el mejor de los casos, con paternalismo y buenas acciones. Trabajar en políticas sociales efectivas (tanto de atención como de prevención) desde el marco de la sanidad, la educación, el empleo, entre otros, es del todo urgente.

Las microagresiones en el seno de la enseñanza superior son tan evidentes como en el resto de las instituciones, si bien las herramientas que operan para reducir situaciones de discriminación pueden actuar de manera contraproducente en la medida en que se pone el acento en adaptar los currículos académicos al estudiante “discapacitado”, añadiendo una doble discriminación a la ya existente, ya que no se actúa desde las limitaciones estructurales e ideológicas de la propia institución, sino que el centro de atención está en los estudiantes. Al respecto y desde el modelo de la inclusión educativa es necesaria:

La formulación de un diseño inclusivo que garantice la participación de todos los estudiantes, diseño que se logra a través de actividades y materiales curriculares flexibles que puedan ser aprovechados por todos, reduciendo la necesidad de adaptaciones específicas, propias del modelo de integración educativa. (Carelli, 2020, p. 178)

Desde esta óptica se da por válida la institución de enseñanza, adaptando en muchos casos los espacios físicos a las personas con discapacidad, introduciendo ciertas mejoras estructurales, pero no se fomenta una cultura de la inclusión en todas las dimensiones ya que los planes de estudios, los currículos de las asignaturas, los discursos en los contenidos son invariables. La diversidad en este asunto es un espejismo.

Para identificar las microagresiones capacitistas que vivencia el alumnado con discapacidad y/o necesidades específicas de apoyo educativo de las universidades de Granada y Jaén, nos centraremos en tres objetivos específicos:

-Describir cuáles de los cuatro factores propuestos por Conover son determinantes para experimentar estas microagresiones.

-Analizar qué variables sociodemográficas son decisivas para experimentar esta forma de capacitismo.

-Conocer con qué frecuencia experimentan las microagresiones capacitistas.

Aunque la producción científica sobre el capacitismo y más concretamente sobre las microagresiones capacitistas es aún escasa (Conover, 2015; Conover et al., 2017; Kattari, 2020), creemos necesario estudiar y profundizar en esta forma de discriminación ya que, al igual que Cherney (2011), analizamos el capacitismo de manera similar a lo que sería el análisis del racismo en el lugar de la raza, el sexismo en el del sexo, etc.

Cabe señalar que, para el estudio del capacitismo, Keller y Galgay desarrollaron una clasificación de 10 dominios que representan las experiencias de microagresiones capacitistas más frecuentes, que son las siguientes (Keller y Galgay, 2010; Moral et al., 2020) y que encajan de manera muy adecuada en las pretensiones y posteriores hallazgos de nuestro estudio:

-Negación de la identidad y de la experiencia: se produce cuando no se tiene en cuenta algún aspecto de la identidad personal, aparte de su discapacidad, lo que lleva a hacer demasiado hincapié en su discapacidad o la negación de las experiencias relacionadas con ella.

-Negación de la intimidad o privacidad: se exige, explícita o sutilmente, información sobre la situación de discapacidad.

-Indefensión: se basa en la idea de que todas las personas con discapacidad necesitan ayuda en cualquier situación.

-Ganancia secundaria: se produce cuando el agresor interactúa o se relaciona con una persona con discapacidad con el objetivo oculto de obtener un beneficio personal intrínseco o extrínseco por su esfuerzo.

-Efecto de dispersión: se produce cuando se realiza una atribución de capacidad debido a la presencia de una discapacidad, ya sea como una virtud o un problema.

-Condescendencia o infantilización: es tratar como menores a las personas con cualquier discapacidad, por ejemplo, actuando, hablando o decidiendo por ellas ante cualquier situación o manifestando admiración ante su autonomía.

-Ciudadanía de segunda clase: consiste en cuestionar los apoyos o ayudas que buscan conseguir la igualdad de oportunidades, clasificándolos como irracionales, injustificados o molestos.

-Desexualización: se considera a las personas con discapacidad como seres asexuales.

-Erotización: es el caso contrario al anterior, la hipersexualización de las personas con discapacidad.

-Intervención espiritual: se produce cuando las personas rezan motivadas por la presencia de otras personas con discapacidad, cosificándolas.

Estos dos últimos dominios están menos desarrollados que los ocho anteriores.

2. Método

2.1. Diseño

Mediante un enfoque cuantitativo para conocer las microagresiones capacitistas que sufre el alumnado con discapacidad y/o necesidades específicas de apoyo educativo de las universidades de Granada y Jaén, hemos diseñado un estudio descriptivo observacional en el que se ha utilizado como instrumento de recogida de la información, la Encuesta de Microagresiones Capacitistas (EMC).

2.2. Participantes

Este estudio va dirigido a estudiantes con cualquier tipo de discapacidad y/o necesidades específicas de apoyo educativo de dichas universidades, tengan o no reconocida oficialmente una discapacidad. Se considera que los constructos “discapacidad” y “necesidades específicas de apoyo educativo” responden a la idea consensuada de que las personas con discapacidad son aquellas que presentan algún tipo de deficiencia física, mental, intelectual o sensorial a largo plazo y que, al interactuar con diferentes barreras, impiden su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones (ONU, 2006). Por su parte, y haciendo referencia al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo es aquel que, en algún momento de su recorrido formativo, puede requerir determinados apoyos y/o atenciones educativas especiales (Universidad de Granada, 2016).

En la Universidad de Granada, el número de estudiantes matriculados en el curso 2021/2022 que han cumplido los criterios de inclusión ha sido de 308 universitarios y en la de Jaén, en este mismo curso, fue de 183 matriculados. Por lo que se cuenta con una población potencial de 491 universitarios/as con discapacidad y/o necesidades específicas de apoyo educativo.

Mediante un muestreo de tipo no probabilístico por conveniencia, se ha obtenido una muestra participada o aceptante de 71 estudiantes con discapacidad de ambas universidades; tras verificar que cumplían los requisitos, ha resultado una muestra final de 63. En el supuesto de un muestreo aleatorio simple, para una población finita de 491 individuos, y para estimar una proporción con p = q = 0.5 (máxima inverosimilitud) con un error no superior a +- 3 % y un nivel de confianza del 95.5 %, el tamaño de la muestra debería ser de 340. Pero finalmente la muestra, que no es aleatoria, ha tenido un tamaño de 63 participantes que representan el 12.8 % de la población objeto de estudio.

Es necesario considerar que el tamaño de la muestra no permite la extrapolación de los datos obtenidos a otras instituciones o entornos, centrando este trabajo en la descripción e interpretación de los datos obtenidos en las universidades objeto de estudio.

El 66.7 % de la muestra han sido mujeres, el 27 % hombres y un 6.3 % ha elegido la opción “otro”. La media de edad es de 29.52 años (DT = 7.68) y con un rango que oscila entre los 18 y 68 años. La distribución por grupos de edad se especifica en la Tabla 1.

TABLA 1. Distribución por grupos de edad de la muestra

RANGOS DE EDAD

FRECUENCIA

%

18-28

38

60.3

29-39

16

25.4

40-50

3

4.8

51-61

4

6.3

62-72

2

3.2

Total

63

100

La mayoría (61.9 %) de los/as estudiantes están matriculados en la Universidad de Granada y solamente un 38.1 % lo está en la de Jaén. Un 69.8 % cursa estudios de grado, el 23.8 % de máster y un 6.8 % de doctorado.

Si se atiende al tipo de discapacidad prevalece la discapacidad física (31.7 %); le sigue la psíquica o mental (25.4 %); la pluridiscapacidad (17.4 %); la discapacidad de tipo intelectual (7.9 %); la discapacidad orgánica, visual y “otra” (4.8 %), mientras que la minoritaria es la discapacidad auditiva (3.2 %). Dentro de la opción “otra” hay estudiantes con disfemia o tartamudez, ataxia cerebelosa y trastornos del aprendizaje como la dislexia y la disortografía.

Con respecto al origen de la discapacidad, el 47.6 % es de nacimiento, el 46 % por enfermedad y solo un 6.3 % está causada por un accidente. La mayoría de la muestra tiene certificado de discapacidad, pero no tiene reconocido ningún grado de dependencia ni utiliza apoyos técnicos en su vida diaria y afirma que su discapacidad “se nota a veces o en algunas situaciones”.

2.3. Instrumento

Para recopilar los datos se ha utilizado la denominada Encuesta de Microagresiones Capacitistas (en adelante, EMC) (Moral et al., 2020), que evalúa las microagresiones capacitistas que soportan las personas con cualquier tipo de discapacidades. Es una adaptación de la Ableist Microaggressions Scale (en adelante AMS) de Conover que, a su vez, se basa en la propuesta hecha por Keller y Galgay.

Conover (2015) desarrolla y valida la AMS que mide las experiencias capacitistas, pero, en este caso, solamente en personas con discapacidades físicas. Mediante un análisis factorial, el autor identifica cuatro factores: desamparo, minimización, negación de la personalidad y otrerización (Conover, 2015; Conover et al., 2017; Moral et al., 2020). Además, la AMS presenta una buena consistencia interna con una fiabilidad de alfa de Chronbach de .91 y en cuanto a la confiabilidad de la consistencia interna de los factores se encuentran en un rango aceptable: para el factor de desamparo un alfa de Chronbach de .83, el factor de negación de personalidad con un alfa de Chronbach de .90, el de otrerización un .84 y el de minimización con un alfa de Chronbach de .65 es el único que presenta una confiabilidad de consistencia interna más débil (Merced et al., 2022). Con respecto a las medias de los ítems, la mínima es de .87, la máxima de 3.28, la media de todos los ítems 1.67 y la varianza de .40 (Moral, 2021a).

Nuestra encuesta está formada por dos partes, la primera recoge los datos sociodemográficos de las personas participantes y la segunda reúne los 20 ítems que, mediante una escala Likert con seis opciones de respuesta (donde 0 es nunca y 5 muchas veces o muy frecuente), valora la frecuencia de la experiencia de microagresiones capacitistas para diferentes situaciones (Merced et al., 2022).

Moral et al. (2020) adaptan la AMS de Conover (2015) a una escala abierta a la participación de todas las personas con cualquier tipo de discapacidad. Para lo cual, tras su traducción a la lengua y al contexto español, revisa su accesibilidad tanto cognitiva como visual adecuándola a los criterios de lectura fácil y a los lectores de pantalla, dando lugar a la mencionada EMC. Esta versión presenta una fiabilidad de Alfa de Chronbach .90.

Por otro lado, los 20 ítems están agrupados en los cuatro factores propuestos por Conover, quedando la correlación entre dichos factores, los ítems y los dominios propuestos por Keller y Galgay como se muestra en la Tabla 2.

TABLA 2. Correlación entre factores, dominios e ítems de la EMC

FACTORES

DOMINIOS

ÍTEMS

1: Desamparo

Ganancia secundaria y negación de identidad personal

2. ¿Crees que las personas sienten que necesitan ayudarte porque tienes una discapacidad?

4. ¿Crees que las personas se sienten mejor cuando te ayudan porque tienes una discapacidad?

6. Aunque no lo necesites o no lo hayas pedido ¿cuántas veces la gente te ayuda o pregunta si quieres ayuda por tu discapacidad?

12. ¿Crees que la gente siente pena porque tienes una discapacidad?

13. Como tienes una discapacidad ¿crees que la gente piensa que no puedes trabajar o participar en actividades de voluntariado?

2: Minimización

Negación de la experiencia

1. ¿Con qué frecuencia la gente quita importancia a tu discapacidad o te dice que podría ser peor?

19. ¿Cuántas veces te han dicho que tú no necesitas apoyos o adaptaciones?

20. ¿Crees que hay personas que no aceptan tu discapacidad porque no se nota y dicen que eres “normal”?

3: Negación de la personalidad

Condescendencia/infantilización, efecto de extensión y negación de la identidad personal

3. ¿Crees que la gente piensa que eres menos inteligente porque tienes una discapacidad?

7. ¿Cuántas veces sientes que lo único que ven de ti es que tienes una discapacidad?

8. ¿Crees que las personas piensan que no puedes hacer las mismas cosas que ellas porque tienes discapacidad?, como tener pareja, estudiar, hacer deporte, trabajar, salir o viajar.

9. ¿Crees que porque tienes una discapacidad la gente te habla como si fueras un niño o no te toman en serio?

11. Como tienes una discapacidad, ¿cuántas veces la gente quiere tomar decisiones por ti sobre cosas que tú puedes decidir?

4: Otrerización

Desexualización, ciudadanía de segunda clase y efecto de extensión

5. ¿Crees que la gente piensa que eres especial o que puedes hacer cosas extraordinarias por tu discapacidad?

10. ¿Crees que la gente te ve como una persona muy madura para tu edad solo porque tienes una discapacidad?

14. Como tienes una discapacidad, ¿la gente se sorprende cuando te ve por la calle, trabajando, en el cine o en un bar?

15. Como tienes una discapacidad ¿cuántas veces crees que la gente piensa que no debes salir con alguien o tener relaciones sexuales?

16. ¿La gente dice que no tendría una pareja con discapacidad?

17. Como tienes una discapacidad ¿crees que la gente piensa que no puedes o no debes tener hijos?

18. ¿Cuántas veces la gente te mira porque tienes una discapacidad?

Nota. Elaboración propia basada en Moral, 2021a, 2021b.

Las puntuaciones por factor se calculan sumando las puntuaciones de los ítems pertenecientes al mismo factor y la puntuación total se computa con la suma total de las puntuaciones de cada factor. El rango va de 0 a 100 y los valores más altos indican una mayor frecuencia de las microagresiones capacitistas.

En el estudio que aquí presentamos, a la EMC le hemos añadido una tercera parte correspondiente a “observaciones” para que las personas participantes puedan compartir cualquier experiencia, punto de vista sobre el tema objeto de estudio o, simplemente, escribir su correo electrónico para hacerle llegar los resultados.

2.4. Procedimiento

Tras contactar, por vía telefónica y correo electrónico, con la persona responsable del servicio de atención al alumnado con discapacidad de cada universidad, se les presentó el estudio y se les solicitó su ayuda. Esta consistió en el envío, por correo electrónico, de la carta con la información sobre el estudio y con el enlace de acceso a la EMC, al alumnado universitario con discapacidad de su respectiva universidad. En la carta informativa, en formato PDF, se han presentado los requisitos para la participación y el consentimiento informado.

La encuesta ha sido totalmente anónima, en ningún momento se les ha solicitado información. Se ha distribuido a través de un formulario online de Google Forms y ha estado abierto durante un periodo de dos meses, concretamente, desde el 6 de octubre al 6 de diciembre de 2022.

2.5. Análisis de los datos

Para alcanzar los objetivos planteados se ha utilizado un análisis descriptivo numérico de la información obtenida justificada por el pequeño tamaño de la muestra.

Tras una primera revisión de los datos obtenidos se ha empleado el propio análisis realizado por el Google Forms y se ha continuado analizándolos de forma manual y tradicional.

3. Resultados y discusión

Como se ha comentado anteriormente, en la EMC se presentan 20 situaciones de microagresiones capacitistas (una por ítem) que los y las participantes han tenido que marcar, en una escala de 0 a 5, aquellas que han experimentado en su vida diaria. Tras analizar los datos sabemos que la mayoría de las microagresiones (58.7 %) han sucedido fuera del ámbito universitario mientras que el 41.3 % han sido cometidas dentro de este.

Seguidamente se presentan los resultados obtenidos siguiendo el orden de los objetivos marcados.

3.1. Factores propuestos por Conover determinantes para experimentar las microagresiones capacitistas

Si se observan los resultados expuestos en la Tabla 3 se puede comprobar que las medias de cada uno de los cuatro factores propuestos por Conover muestran unas puntuaciones globales muy similares.

TABLA 3. Puntuaciones globales de microagresiones capacitistas de cada factor

FACTOR

MEDIA

DESVIACIÓN TÍPICA

Factor 1: Desamparo

3.33 %

0.30

Factor 2: Minimización

5.55 %

1.46

Factor 3: Negación personalidad

3.33 %

0.22

Factor 4: Otrerización

2.38 %

0.44

Atendiendo a estos resultados se constata que las puntuaciones más elevadas de microagresiones por factores pertenecen al dominio de negación de la identidad (Factor 2: “minimización”), que incluyen el ítem 1, 19 y 20. Estas se manifiestan a través de la negación de la experiencia de la discapacidad, ya sea minimizando las situaciones de discriminación y/o dando a entender que se conoce la solución y negando la discapacidad en sí misma.

En el lado opuesto, las microagresiones capacitistas más bajas han sido las que se refieren a los dominios de desexualización, ciudadanía de segunda clase y efecto de extensión (Factor 4: “otrerización”) que está formado por los ítems 5, 10, 14, 15, 17 y 18. Estas experiencias se exteriorizan mediante la idea de que las personas con discapacidad son seres asexuados, sin deseo o sin actividad sexual; también se considera que los apoyos o ayudas son irracionales, injustificados o molestos y se evita o se ignora a la persona con discapacidad para no interactuar con ella, siendo consideradas una carga y la discapacidad representando una virtud o un defecto.

En el punto intermedio están los factores 1 “desamparo” y 3 “negación de la personalidad” con puntuaciones globales no tan habituales e infrecuentes como las mencionadas anteriormente. Con expresiones capacitistas como indefensión —basada en la idea de que las personas con discapacidad necesitan siempre ayuda—; condescendencia o infantilización —tratar a estas personas como menores, actuando, hablando o decidiendo por ellas o mostrando admiración por su autonomía—; ganancia secundaria —el motivo para interactuar con una persona con discapacidad es conseguir un reconocimiento social de su acción o sentirse mejor consigo mismo—, y negarles la identidad personal.

Estos resultados son coincidentes con los hallados en otros estudios donde se recogen las experiencias de microagresiones capacitistas por factores, siendo el más frecuente el factor 2: “minimización” (Conover, 2015; Keller y Galgay, 2010; Olkin et al., 2019) y cuyas expresiones más habituales son la negación de la experiencia de discapacidad como variante de la negación de identidad personal; le siguen la infantilización, indefensión, condescendencia, ganancia secundaria y efecto de extensión (Conover, 2015; Conover et al., 2017; Kattari, 2020; Keller y Galgay, 2010; Moral et al., 2020.; Moral, 2021b).

3.2. Variables sociodemográficas determinantes para experimentar las microagresiones capacitistas

Hemos analizado las variables sociodemográficas recogidas en la EMC con respecto a los cuatro factores (“desamparo”, “minimización”, “negación de la personalidad” y “otrerización”) con el fin de establecer cuáles son decisivas para experimentar las microagresiones estudiadas. Estas han sido género, edad, origen y tipo de discapacidad, utilización de apoyos técnicos y/o humanos, visibilidad de la discapacidad, grado de dependencia, nivel de estudios y universidad en la que cursan.

Con respecto a las puntuaciones globales de las microagresiones capacitistas por factores según la variable “género”, se ha observado que en el caso de los hombres los resultados demuestran que hay grandes diferencias, sobre todo entre las experiencias que están dentro del factor 4 “otrerización” y las del factor 2 “minimización”. En el primero, la media (M = 16.1) es mucho más elevada que en el segundo factor (M = 6.5), esto significa que discriminaciones como ser desexualizados, ciudadanía de segunda clase y efecto de extensión (factor 4) son las más habituales, y experiencias como negación de la identidad personal o de la propia discapacidad son las menos habituales de todas. En cambio, las personas que eligieron la opción “otro”, es decir, se autodefinen como de “género no binario” o “fluido”, presentaron resultados mayores en los factores 4 y 2 (M = 16.5 y M = 12.2 respectivamente), es decir, que las microagresiones capacitistas más habituales son el ser considerados ciudadanía de segunda clase, seres asexuales y su sola presencia es un problema. En el caso de la opción “mujer”, según los resultados de las medias (M) han sido muy similares en todos los factores, tan solo hay una diferencia de 3.4 puntos entre la mayor y la menor puntuación. Lo que pone de manifiesto que las mujeres de la muestra soportan un nivel de capacitismo alto en todos los factores, que puede ser debido a la confluencia de las múltiples discriminaciones que soportan, por lo que hay que señalar la importancia de abordar la interseccionalidad en toda investigación sobre la discriminación.

Estas diferencias entre sexos confirman los resultados de otros estudios sobre la estigmatización primaria de la discapacidad (Wang et al., 2019; Nario-Redmond, 2010) y las experiencias capacitistas de las mujeres con discapacidad y la minimización de sus síntomas (Olkin et al., 2019). De acuerdo con los resultados obtenidos de la muestra, las mujeres soportan discriminación en cualquier circunstancia, mientras que los hombres la soportan en mayor o menor nivel según otras variables como puede ser el tipo y/o visibilidad de la discapacidad. De acuerdo con Moral (2021b), es necesario destacar la importancia de abordar la interseccionalidad en toda investigación que aborde el capacitismo.

Para conocer la relación de la variable “edad” con las microagresiones capacitistas se ha agrupado la muestra en cinco fracciones de diez años cada una. La media (M) ha mostrado que estas microagresiones son altas en el tramo más joven (18-28 años), pero van aumentando con la edad sobre todo en los dos segmentos de mayor edad (51-61 años y 62-72 años) (M = 15.7; M = 21.7 y M = 16.5; M = 20.5; M = 13.5 y M = 22.5 respectivamente) en los factores 1 “desamparo”, 3 “negación de la personalidad” y 4 “otrerización”. En cambio, el factor 2 “minimización” ha presentado resultados más bajos en esas mismas franjas de edad (51-61 años y 62-72 años) (M = 9.0 y M = 6.5 respectivamente). Por lo que los resultados han mostrado que esta variable es relevante a la hora de vivenciar estas experiencias capacitistas, sobre todo en la horquilla de edad entre 51 a 72 años. De manera general, para nuestra muestra, las microagresiones aumentan con la edad, esto puede deberse a la vinculación que existe entre la discriminación por discapacidad y la discriminación por edad o edadismo (Goffman, 1970; Wolbring, 2008), lo que demanda un análisis interseccional de esta variable (Moral, 2021a).

En relación al “tipo de discapacidad”, como se observa en la Tabla 4, los resultados han revelado que, en general, la discapacidad orgánica presenta cifras más bajas que las demás. Por el contrario, las pluridiscapacidades han sido las que experimentan mayores niveles de microagresiones. Lo que se traduce en que el “tipo de discapacidad” es una variable muy relevante para soportar estas discriminaciones. Como se verá más adelante, esto está muy relacionado con la variable de “visibilidad de la discapacidad” como variable determinante en la experiencia de las microagresiones capacitistas (Moral, 2021a).

TABLA 4. Puntuaciones globales de las microagresiones capacitistas por factores según el tipo de discapacidad

 

FÍSICA

PSÍQUICA

INTELECTUAL

SENSORIAL

ORGÁNICA

PLURIDISCAPACIDAD

OTRA

FACTORES

M

DT

M

DT

M

DT

M

DT

M

DT

M

DT

M

DT

1. Desamparo

12.6

7.7

10.0

7.9

11.2

7.1

16.2

5.3

3.6

5.1

16.6

7.5

15.0

6.3

2. Minimización

8.2

5.4

12.4

3.3

9.6

5.8

6.6

3.2

8.0

4.6

9.4

5.2

10.6

7.5

3. Negación personalidad

11.1

9.5

10.0

7.4

9.4

5.9

15.7

6.8

8.6

13.3

16.3

7.8

9.3

10.7

4. Otrerización

15.8

12.8

12.2

11.2

7.2

8.7

23.2

11.8

5.0

5.1

20.0

12.5

7.0

8.5

Con respecto al “origen de la discapacidad” las puntuaciones globales de microagresiones por factores han señalado que las discapacidades congénitas obtienen cifras mayores en los factores 1 “desamparo” (13.9 %), 3 “negación de la personalidad” (12.6 %) y 4 “otrerización” (15.8 %) y solamente han sido más bajas en el factor 2 “minimización” (8.4 %). En el caso de ser la discapacidad de origen adquirido, ya sea por enfermedad o accidente, los resultados han sido similares en los cuatro factores, pero más bajos que los anteriores, menos en el factor 2 que es un poco más elevado (factor 1 “desamparo” = 11.4 %; factor 2 “minimización” = 10.6 %; factor 3 “negación de la personalidad” = 10.9 % y factor 4 “otrerización” = 13.4 %). Por lo tanto, las personas con una discapacidad congénita soportan en general mayores niveles de capacitismo que las personas con una de origen adquirido, menos las experiencias relacionadas con el factor “minimización”, que en este caso es mayor. Entonces, la variable “origen de la discapacidad” es relevante en relación con las experiencias de las microagresiones capacitistas. Estos hallazgos son convergentes con el estudio de Moral (2021a), que considera que el origen y, concretamente, el momento de aparición de la discapacidad están estrechamente relacionados con la interpretación de quienes tienen una discapacidad congénita. A estos se les considera personas más dependientes, se les infantiliza, se les trata como ciudadanía de segunda clase, asexuados, etc.

Lo mismo ocurre con las puntuaciones globales obtenidas según utilicen o no apoyos técnicos y/o humanos y según la visibilidad de la discapacidad. En ambos casos, si la persona universitaria con discapacidad utiliza algún apoyo y, por tanto, su discapacidad es visible, los niveles de capacitismo que tolera han sido mayores en los factores 1 “desamparo” (17.4 %), 3 “negación de la personalidad” (15.6 %) y 4 “otrerización” (22.1 %). En el caso de no utilizar apoyos ocurre lo contrario, las puntuaciones han sido más bajas en todos los factores (“desamparo” = 9.9 %; “negación de la personalidad” = 9.5 % y 4 “otrerización” = 10.2 %) menos en el factor 2 “minimización” (10.2 %). Tener una discapacidad invisible ocurre lo mismo, las puntuaciones han sido más bajas en todos los factores menos en el factor 2 (factor 1 “desamparo” (6.0 %), 2 “minimización” (11.3%), 3 “negación de la personalidad” (5.4 %) y 4 “otrerización” (8.0 %). Lo que indica que, según sea o no la discapacidad visible, sufrirá una discriminación u otra. Por lo que estas dos variables, “utilización de apoyos” y “visibilidad de la discapacidad”, son muy relevantes a la hora de soportar las microagresiones capacitistas.

Estos resultados son coincidentes con autores como Conover (2015), Conover et al. (2017), Kattari et al. (2018), Nario-Redmond et al. (2019), Moral et al. (2020), Moral (2021a, 2021b) y Valeras (2010), que consideran que las personas con discapacidad invisibles u ocultas, entre ellas aquellas que no utilizan apoyos, soportan en general menos microagresiones capacitistas, exceptuando las experiencias de discriminación pertenecientes al factor 2: “minimización” como negación de la propia discapacidad y/o restando importancia a las experiencias de discriminación.

En relación a ser persona en situación de dependencia, las puntuaciones globales de microagresiones por factores han sido más elevadas en los factores 1, 3 y 4 y más bajas en el factor 2 [factor 1 “desamparo” (18.6 %), 2 “minimización” (6.3 %), 3 “negación de la personalidad” (16.2 %) y 4 “otrerización” (22.9 %)]. En el caso de no tener grado de dependencia se ha observado que las cifras son más bajas menos en el factor 2 [factor 1 “desamparo” (11.5 %), 2 “minimización” (10.2 %), 3 “negación de la personalidad” (10.9 %) y 4 “otrerización” (13.0 %)]. Esto indica que tener declarado un grado de dependencia es una variable determinante para sufrir este tipo de discriminación. Esto también está muy unido a la visibilidad de la discapacidad, cuanto más evidente es la situación de dependencia, menor es la discriminación capacitista ligada al factor 2: “minimización” (Moral, 2021a).

En cuanto a las puntuaciones globales de las microagresiones capacitistas por factores según la variable “nivel de estudios”, cabe señalar que los resultados obtenidos han sido muy similares entre sí [Grado: factor 1 “desamparo” (12.4 %), 2 “minimización” (10.0 %), 3 “negación de la personalidad” (11.7 %) y 4 “otrerización” (13.8 %); Máster: factor 1 “desamparo” (12.8 %), 2 “minimización” (7.7 %), 3 “negación de la personalidad” (12.2 %) y 4 “otrerización” (16.8 %); Doctorado: factor 1 “desamparo” (13. 5%), 2 “minimización” (11.2 %), 3 “negación de la personalidad” (11.5 %) y 4 “otrerización” (16.0 %)]. No hay diferencias significativas entre estudiar un grado, máster o doctorado para experimentar esta discriminación, por lo que coincide con otros estudios (Moral, 2021b) en que esta variable es poco relevante.

Y en relación a la última variable sociodemográfica estudiada “universidad donde cursan estudios”, sucede como con la anterior. Los números han mostrado similitud entre ellos y entre una universidad y otra. El factor 2 ha sido de nuevo el que muestra valores más bajos, mientras que los factores 1, 3 y 4 han presentado puntuaciones un poco más altas: Universidad de Granada: factor 1 “desamparo” (12.1 %), 2 “minimización” (10.2 %), 3 “negación de la personalidad” (11.6 %) y 4 “otrerización” (13.5 %) y Universidad de Jaén: factor 1 “desamparo” (13.4 %), 2 “minimización” (8.6 %), 3 “negación de la personalidad” (11.8 %) y 4 “otrerización” (16.2 %). Lo que revela que esta variable es poco significativa para experimentar microagresiones capacitistas.

3.3. Frecuencia en las experiencias de las microagresiones capacitistas

A continuación, en la Tabla 5, se muestran las puntuaciones que se han obtenido por cada ítem de la EMC y que nos proporcionan información sobre la frecuencia de las experiencias de microagresiones capacitistas que vive la población encuestada.

TABLA 5. Puntuaciones para cada ítem de la EMC y correspondencia con la frecuencia de las microagresiones capacitistas

ÍTEM

FACTOR

M

DT

1. ¿Con qué frecuencia la gente quita importancia a tu discapacidad o te dice que podría ser peor?

F. 2: Minimización

3.5

1.4

20. ¿Crees que hay personas que no aceptan tu discapacidad porque no se nota y dicen que eres “normal”?

F. 2: Minimización

3.1

1.9

19. ¿Cuántas veces te han dicho que tú no necesitas apoyo o adaptaciones?

F. 2: Minimización

2.9

1.9

16. ¿La gente dice que no tendría una pareja con discapacidad?

F.4 Otrerización

2.9

1.8

4. ¿Crees que las personas se sienten mejor cuando te ayudan porque tienes una discapacidad?

F.1 Desamparo

2.8

1.6

12. ¿Crees que la gente siente pena porque tienes una discapacidad?

F.1 Desamparo

2.8

1.6

2. ¿Crees que las personas sienten que necesitan ayudarte porque tienes una discapacidad?

F.1 Desamparo

2.6

1.6

3. ¿Crees que la gente piensa que eres menos inteligente porque tienes una discapacidad?

F.3 Negación de personalidad

2.5

1.9

8. ¿Crees que las personas piensan que no puedes hacer las mismas cosas que ellas porque tienes una discapacidad? como tener pareja, estudiar, hacer deporte, trabajar o viajar

F.3 Negación de personalidad

2.5

1.6

11. Como tienes una discapacidad ¿cuántas veces la gente quiere tomar decisiones por ti sobre cosas que tú puedes decidir?

F.3 Negación de personalidad

2.4

1.7

13. Como tienes una discapacidad ¿crees que la gente piensa que no puedes trabajar o participar en actividades de voluntariado?

F.1 Desamparo

2.3

1.5

7. ¿Cuántas veces sientes que lo único de ven de ti es que tienes una discapacidad?

F.3 Negación de personalidad

2.2

1.7

18. ¿Cuántas veces la gente te mira porque tienes una discapacidad?

F.4 Otrerización

2.2

2.1

5. ¿Crees que la gente piensa que eres especial o que puedes hacer cosas extraordinarias por tu discapacidad?

F.4 Otrerización

2.1

1.8

6. Aunque no lo necesites o no lo hayas pedido ¿cuántas veces la gente te ayuda o pregunta si quieres ayuda por tu discapacidad?

F.1 Desamparo

2.1

1.7

17. Como tienes una discapacidad ¿crees que la gente piensa que no puedes o no debes tener hijos?

F.4 Otrerización

2.1

1.8

9. ¿Crees que porque tienes una discapacidad la gente te habla como si fueras un niño o no te toman en serio?

F.3 Negación de personalidad

2.0

1.8

10. ¿Crees que la gente te ve como una persona muy madura para tu edad solo porque tienes una discapacidad?

F.4 Otrerización

1.8

1.9

14. Como tienes una discapacidad ¿la gente se sorprende cuando te ve por la calle, trabajando, en el cine o en un bar?

F.4 Otrerización

1.8

1.8

15. Como tienes una discapacidad ¿cuántas veces crees que la gente piensa que no debes salir con alguien o tener relaciones sexuales?

F.4 Otrerización

1.5

1.7

Los ítems con puntuaciones medias más altas han sido 1, 20 y 19, todos pertenecientes al factor 2 “minimización”. Aunque hay que destacar que el ítem 16 perteneciente al factor 4 “otrerización” ha obtenido también una frecuencia alta. Sin embargo, las microagresiones capacitistas menos frecuentes han sido las correspondientes a los ítems 10, 14 y 15 pertenecientes al factor 4 “otrerización”. Quedando los ítems pertenecientes al factor 1 y 3 ocupando los puestos intermedios de la frecuencia de las experiencias capacitistas.

De acuerdo con estos resultados, las microagresiones más frecuentes han sido aquellas relacionadas con la negación de la identidad personal y/o de la experiencia de la discapacidad restando importancia a las situaciones de discriminación. Por el lado contrario, las menos frecuentes han sido ser tratados como ciudadanía de segunda clase, como un problema y/o como seres asexuados.

En síntesis, teniendo en cuenta que la mayoría de la muestra no tiene grado de dependencia reconocido (84.1 %), no utiliza apoyos (63.5 %) y la discapacidad no se le nota o se le nota a veces (68.3 %), no es de extrañar que las variables sociodemográficas y las de mayor frecuencia sean la utilización o no de apoyos técnicos y/o humanos y la visibilidad de la discapacidad, estos datos son concluyentes con otros estudios como el de Moral et al. (2020) y Moral (2021a, 2021b) tomado como referencia para este trabajo.

Es necesario matizar que somos conscientes de las limitaciones y desafíos que entraña este estudio que, si bien arroja datos inquietantes, también invita a profundizar en futuros trabajos que, por un lado, analicen los diferentes contextos que impiden el tránsito y el avance de modelos tradicionales a un nuevo modelo de discapacidad y, por otro, profundicen en el desarrollo de la EMC.

4. Conclusiones

Cuando hablamos de personas con discapacidad nos estamos refiriendo a un grupo humano muy heterogéneo, igual que no hay dos personas iguales, tampoco hay dos discapacidades iguales. Sin embargo, todas ellas tienen algo en común y es la discriminación que sufren a lo largo de toda su vida. Esta discriminación es una manifestación del pensamiento capacitista que impregna a la sociedad, ya que “la discapacidad es interpretada como una condición devaluante del ser humano” (Toboso, 2017, p. 73). Esta discriminación capacitista llega a asumirse como algo natural, inevitable y necesario para el funcionamiento de la sociedad (Cherney, 2011), por ello es necesario denunciarla continuamente a través de su cuestionamiento y crítica.

Una de sus expresiones más comunes y sutiles son las microagresiones capacitistas, sin embargo, es este un fenómeno poco estudiado en nuestro país. Por lo que este trabajo contribuye al enriquecimiento de la producción académica sobre el capacitismo en general y sobre las microagresiones en particular.

Por ello, subrayar que este estudio revela que casi la mitad de la muestra ha soportado microagresiones capacitistas en el contexto universitario.

El factor más determinante para experimentar estas microagresiones es el de “minimización” (factor 2), es decir, las expresiones más habituales son la negación de la experiencia de la discapacidad y el quitarles importancia a las situaciones de discriminación.

En relación a las variables sociodemográficas más relevantes para tolerar este tipo de capacitismo están la visibilidad de la discapacidad, la utilización de apoyos técnicos y/o humanos, el origen y el tipo de discapacidad. Podemos observar que estas cuatro variables están relacionadas con el nivel de evidencia de la discapacidad. Igualmente, señalar que las variables “género” y “edad” son más o menos determinantes según se den unidas a otras formas de capacitismo, como por ejemplo al machismo o al edadismo. En cuanto al nivel de estudios y a la universidad donde se realizan dichos estudios, influyen poco o nada para ser discriminados.

Destacar que, con respecto a la frecuencia con la que las experimentan, las manifestaciones más asiduas vuelven a ser las relacionadas con la minimización de la discapacidad (factor 2).

Podemos concluir que el estudiantado universitario con discapacidad y/o necesidades específicas de apoyo educativo de las universidades de Granada y Jaén soportan más o menos las microagresiones capacitistas según sea la visibilidad de su discapacidad, esto es, cuanto más evidente es la situación de discapacidad mayor es la discriminación capacitista que sufren.

Todo este estudio pone de manifiesto la tarea ingente que queda por hacer para revertir estas situaciones capacitistas. Por lo que es necesario poner en marcha políticas públicas, programas, estrategias, campañas de información y sensibilización dirigidas a toda la ciudadanía, tenga o no discapacidad, para eliminar las creencias, las prácticas, los procesos, los valores, etc., que discriminan. En definitiva, los prejuicios que consideran a las personas con discapacidad seres inferiores a aquellas sin ningún tipo de discapacidad.

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